jueves, 19 de noviembre de 2009

Una linda historia

Maxi era un simpático palomo, o mejor digamos un simpático pájaro y dejemos la obviedad para cuando diga que Maru era una hermosa tortuga.
Aunque las diferencias entre los dos eran enormes y las leyes de la naturaleza digan que las especies no se mezclan, la simpatía, la buena onda y el sentido del humor de uno encajaban perfectamente con el del otro. En este punto fue donde ellos profundizaron, con el correr del tiempo esto derivo en una burbuja, en ella Maru se sentía abrigada por las alas (o las patas) de Maxi y este era feliz bajo el caparazón de Maru, entre otras cosas por supuesto, durante un tiempo fueron felices y compartieron muchas cosas, pero el pájaro nunca le prometió nada, aunque estaba dispuesto a darle todo, y la tortuga cansada de esperar salio de la burbuja en busca de promesas lindas pero vacías del amor que Maxi sentía, fue así, que un día Maru voló (iba a poner escapo, pero el termino “se me escapo la tortuga” esta muy quemado)…
Miles de cazadores habían intentado atrapar a Maxi, muchos habían estado cerca de derribarlo, pero él jamás bajo sus alas y siempre había levantado vuelo ante cualquier imponderable, sin embargo este golpe fue muy duro y especial, no era un golpe físico, afectaba una zona mas sensible, el pájaro busco salir a flote consumiendo alpiste de mala calidad, agua estancada, y clavos que en vano intentaron sacar el clavo anterior, noto que no encajaba con ningún otro animal de este bosque, por suerte el cielo esta lleno de otros pájaros de gran corazón, con la ayuda de estos y con su enorme voluntad para reponerse de los golpes, Maxi pudo de a poco recomponer su corazón…
No se bien del vuelo de Maru, solo se que un día descubrió que las tortugas no tienen alas, y creyó que por ende no pueden volar, lentamente empezó a caer y al ver un inminente impacto contra el suelo busco caer cerca de Maxi, sabiendo que el pájaro nunca iba a dejar que se lastime.
Este la recibió con la misma onda de siempre, limaron asperezas, arreglaron los errores y comprendieron sus motivos. Alejados de las intenciones del amor, lentamente recompusieron esa hermosa relación entre tortuga y pájaro donde la simpatía y el humor seguían predominando. Tal es así que por esa magia que genera una mirada a los ojos, lograron volver el tiempo atrás (al menos por un rato) donde se divertían y disfrutaban de la inocente compañía del otro.
Con el correr de los días, el pájaro empezó a sentir otras sensaciones, no se si amor, pero si esos síntomas pre-amor como son las cosquillas en el estomago, el soñar y pensar en Maru o hablar con otros pájaros sobre esta tortuga con gran importancia, etc. Son síntomas que a todos los animales de este bosque les encanta, y Maxi no era la excepción, aunque él ya había jugado este juego y sabia lo que implicaba perder, esto le genero un malestar muy incomodo, por un lado estaba el hecho de dar rienda suelta a estas emociones y por otro el miedo, no a Maru, sino el miedo a él, a su corazón y al precio de la derrota…
Y aunque nunca entendió al amor pero siempre creyó que es mejor jugarse por tal sin importar lo demás, esta vez actúo diferente, ya sea por pájaro, por boludo (lo mas probable) o por ese "Innentendible" amor que tanto miedo da (na na nanarana na…), y simplemente decidió como buen pájaro, volar…
Ya no hay tiempo para mirar atrás y arrepentirse, los pájaros actúan por instinto, no se puede cerrar la historia (cuando se trata de pájaros y tortugas es imposible predecir el futuro) y no voy a saber si Maru hubiese podido, intentado, o querido alcanzar el vuelo de Maxi, no tengo su versión, ya que esta historia simplemente…
…me la contó un pajarito…

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